Toda presentación, en mi opinión, debería incluir el detallado currículum de una persona; pero en esta oportunidad, y mi estimado lector sabrá disculpar la aparente contradicción, prefiero contarle cuales fueron los caminos, de hecho, muy ricos e interesantes que me llevaron a esta pasión: el arte, principalmente al teatro y el cine.

 

Desde muy pequeño, y con las nostálgicas Video grabadoras, esos VHS que seguramente para los más jóvenes serán algo totalmente desconocido, comencé a tomar contacto con el cine; podría decir que las películas acompañaron y estimularon mi crecimiento como persona, abriéndome los ojos a un tipo de expresión artística que considero fascinante. Desde aquel entonces jamás me desprendí del mágico mundo cinematográfico; y busqué alternativas para incluirlo aún más en mi vida.

 

Me preparé en el Centro Cultural Rojas, convirtiéndome en crítico, realicé especializaciones sobre directores emblemáticos, me volví un ávido espectador tratando de exponerme a la mayor cantidad de géneros posibles y me aventuré en los aspectos más técnicos para poder tener una apreciación más completa de lo que implica la realización filmográfica. Incluso llegué a participar, durante un breve período, en una publicación europea hablando de cine.

 

En cierta forma, así tangencialmente podría decir, fue que me acerqué al teatro, buscando que mi mirada sea más completa, pero hoy es una de mis pasiones a la que tengo la fortuna de cubrir constantemente. Hoy, hace ya más de 15 años, que mis críticas pueden leerse en una página de amplia cobertura. La posibilidad de viajar me dio la oportunidad de ver teatro en Madrid, mi segunda tierra, Roma, Londres y París (ver a Polanski dirigir, un sueño cumplido) entre otros tantos lugares, y es por ello que puedo hablar con la riqueza que dan la variedad y las diferentes miradas.

 

Hoy comienzo este camino, el mío, apoyado por las personas que me acompañaron y alentaron a seguir marcando la diferencia, a través de mi propia firma,

 

Gustavo Scuderi.