Cuando uno toma conocimiento de un estreno, y en especial de su composición, puede generar una atracción inmediata; esto es lo que sucede innegablemente con "Animal humano" que cuenta con la dramaturgia y dirección de unos de los creadores más interesantes e innovadores que tenemos: Guillermo Cacace (Mi hijo solo camina un poco más lento) e interpretada por la camaleónica e histriónica Jorgelina Aruzzi, quién comparte con él la escritura de esta obra, que ya es un suceso en sí.
Con tan sólo 4 funciones las localidades volaron, entiendo que merece una reposición más adelante ya que Jorgelina tiene otros proyectos para el verano y este debe ser el motivo por el cual dejan en la cartelera un gusto a querer más. La atracción de la obra, amén de su escritura que bordea lo absurdo y lo satírico, con momentos que sacan la arista más preponderante y reconocida de la actriz, el humor, posee un fondo profundo, oscuro, melancólico, tanto en el pasado como en el presente del personaje, que al momento de salir a escena se vuelve querible. Jorgelina hace un tour de force actoral, ya que la obra le demanda todo su potencial, jugándole muchísimo a favor una interacción encubierta con el público. Uno escucha la demanda de esta mujer que se volvió el blanco de sus vecinos y hasta el motivo de ese prejuicio es dual, lo que nos permite bucear en los rincones del pensamiento de ella. La actriz es ideal para este papel donde predomina y domina la dramaturgia desopilante, no es mi intención adelantar lo que sucede, más que nada en su narración, pero lo que lograron Jorgelina y Guillermo en ensamblar la historia de la protagonista con los días domingos y un programa de televisión es sublime. "Animal humano" se presenta con éxito por una pequeña temporada en un teatro de grandes dimensiones (Astros) para una pieza tan íntima llenándonos y logrando el clima que buscaba, gracias a una carismática y completa artista y a un director que nunca defrauda.
GUSTAVO SCUDERI
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