"Azul y la navidad" trae nuevamente el universo sensible, tangible, familiar de Lorena Romanin. Es una de esas piezas que, a través de una situación o un encuentro, logran transmitir la problemática de las relaciones.
Amén de ser una historia super actual, de estos tiempos que corren, donde por suerte la mentalidad y las leyes se abrieron, sigue siendo necesario traerla y de esa manera exorcizar la falta de empatía con el otro.
La historia nos trae a dos hermanas separadas por más de seis años, de esas relaciones que la sangre une, pero no saben quererse; no se podría adjudicar ese estado únicamente a Azul, pues ahí radica la riqueza de su texto. Azul también regresa al pueblo, ahora siendo una "mujer" no diré trans, pues muy bien queda reflejado en una escena que tiene con la novia de su primo (Luciana Grasso, inmensa joven actriz, muy talentosa, que les pone esa naturalidad a sus personajes única). Azul cuando se fue de su pueblo era Juan Cruz, junto a su madre (Eugenia Guerty, maravillosa, su cintura para esos personajes trágicos y cómicos a la vez también está estupenda), quién supo acompañarla, llevándose en la mochila otras cuestiones en las que la obra decide no entrar, acertada decisión, inclusive también jugando con ese tema en una escena entre los hermanos y la novia.
La pieza que se la podría catalogar de comedia dramática tiene sus puntos fuertes y la saca del común de este tipo de historias, que no solo se centra (y bien que lo podría aprovechar) en el tema de la identidad sexual, tomando ese concepto para vincular a los personajes; pero también sobrevuelan otros que solo intuimos, como si estuviéramos espiando esa Noche Buena. Dos hermanos opuestos, uno con una sensibilidad y ternura que llaman la atención de su padre y su hermano, tomándolo como "diferente" (otro gran trabajo de Guido Botto Fiora, tiene varios proyectos a la vez y los borda), el otro más parecido a su padre, el típico "macho", que cuestiona a Gonzalo por su emotividad (Marco Gianoli, muy dinámico en escena y muy dúctil para la propuesta).
También las culturas o formas de vivir se cruzan, chocan y provocan una colisión en la familia, pues el matrimonio que recibe a Azul y su madre, son como ellos se denominan "clásicos" (gran trabajo de una actriz que disfruto mucho tiene esa esencia para estos textos muy buena Mayra Homar, que junto a Eugenia se sacan chispas, me encantó y Pablo Finamore que tiene una vasta trayectoria en teatro, su participación es muy completa y hasta canta en escena). El broche de oro y revelación es Carolina Unrein como Azul, está sutil, calma, más siendo sus primeros pasos en escena, se la ve bellísima en el escenario.
Lorena Romanin es una gran dramaturga, aborda temas delicados, sensibles, desafiantes y actuales con una visión del saber, del sentirse representada, es una directora necesaria, sus proyectos son muy interesantes.
"Azul y la navidad" es una obra que, desde la frescura de la risa, te deja pensando, pasando de un estado a otro, en algún momento se oirán carcajadas y en otros momentos un silencio testigo, con un elenco en su totalidad brillante. ¡La recomiendo!
GUSTAVO SCUDERI
Comentários