"Coraza, cáscara, casa" -MI CRITICA-

Es innegable que Buenos Aires es una de las plazas teatrales más particular, personal y nutrida de propuestas a nivel mundial. En especial es prolífica en espacios donde, no sólo los espectadores, pueden saciar sus ganas o preferencias y donde los artistas pueden desplegar toda su impronta, experiencia e incluso, de cierta manera, realizar una catarsis junto al público.

"Coraza, cáscara, casa" es la nueva propuesta que nos trae la carismática, talentosa y querida Vane Butera, quien desde su comienzo no paró, al contrario, se expandió también a una faceta de compositora y con esta pieza, dramaturga.

La obra, que podría ser catalogada como un unipersonal, lo cual sería un error, porque la protagonista está acompañada por tres músicos fantásticos que interactúan con ella en ciertas ocasiones: Carlos Britez, Matías Cadoni y el propio director y arreglador musical Javier López del Carril.

Vane nos entrega más de una hora de un repertorio de canciones bellísimas, sentidas, tiernas y sobre todo muchas de ellas reales, donde uno como espectador asiente lo que dice. Una mudanza, una ruptura, decisiones sobre todas las posibilidades y el porvenir, ¡que miedo!; todo esto nos relata la artista, en esa comunión con simpleza y naturalidad, Vanesa se adueña del espacio escénico de mi querido Kairós.

También el resultado acogedor y en ciertos pasajes modernos, que rompen un teatro lineal, tiene que ver con la dirección de otro talentoso, el inmenso Sebastián Suñé, cuyas propuestas que lo tienen tanto arriba como debajo del escenario nunca pasan desapercibidas.

"Coraza, cáscara, casa" de cierta manera en su título hace referencia al propio espectáculo, la Coraza para seguir adelante y tratar de no salir herido, cáscara la que tenemos que quitar para el cambio y casa como contención para empezar a pensar por uno y para uno mismo. Claramente, el resultado llevadero y atractivo del espectáculo, se debe primordialmente a esta artista que tiene esa magia que no todos poseen.

GUSTAVO SCUDERI