Hay espectáculos que realmente es una pena que no sean vistos por el público (no estoy hablando de capacidad de sala), me refiero que merece ser visto por la mayor cantidad de espectadores posibles.
"Jíjop" es una puesta que no quiero catalogar o definir como obra, pues tampoco hay un texto verbal, pero si corporal. Eso sí, podemos hablar de diferentes lenguajes escénicos, físico, teatro negro, máscaras neutras y principalmente la danza urbana, en especial "popping".
Esta hermosa creación está interpretada por el excelente actor y bailarín Emiliano Larea, su cuerpo es un lienzo, donde todos los matices, movimientos, gestos son por alguna razón y no por casualidad; sus mutaciones y pasos nos cuentan una historia, mezclando narraciones que nos recuerdan a Pinocho o a Frankestein y su creador. En esta ocasión, la temática se centra en como el ser humano, al perder su capacidad para sorprenderse y la inocencia se transforma en un robot, dominado por una caótica ciudad, siendo el reflejo de su creador.
Es magnético ver a Emiliano transformar su cuerpo, su andar, observar sus movimientos, es un tipo de teatro único y diferente que vale la pena ver, pues no abunda.
También tiene que ver mucho la puesta de Gabriel Páez, que la llena de colores y una excelente iluminación y musicalización de Tomás Rodriguez.
"Jíjop" es una propuesta que en tan sólo 40 minutos nos hace transportar a un mundo poético, onírico, casi de ensueño. Es una experiencia única, que no sólo posee mucha imaginación en la creación de ambos artistas, sino que también deja un mensaje de observación, de atención, ¡la super recomiendo!
GUSTAVO SCUDERI
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