En "Pequeños grandes momentos" hay, justamente, de esos momentos que hacen que la pieza sea una interesante propuesta de abordar; si bien su temática universal en partes es sumamente emotiva, de introspección, nunca apela a los golpes bajos, los va tocando casi tangencialmente, pero saliendo muchas veces por el lado de la sonrisa cómplice.
Para muchos será tal vez un dato menor, que no debería serlo, que dentro de sus creadores y quien realiza la adaptación teatral es la actriz y guionista Nia Vardalos, canadiense de origen griego y quien fuera reconocida por la película "Mi gran boda griega"; ese timing, esa fluidez se nota en esta obra dirigida con delicada observación por Dalia Elnecavé.
A veces los espacios teatrales toman un mismo camino y se van juntando un puñado de propuestas que desarrollan una misma temática sin repetirse, en este caso podría nombrar a la excelente y exitosa "Las cosas maravillosas", donde en tan sólo una hora nos pasea por un sin fin de emociones y nos dejan pensando.
"Pequeños grandes momentos" con una escenografía despojada de artilugios pues, lo importante es lo que se dice (y al representar una columna digital es necesario que sea así), gana justamente en eso, en un texto sumamente humano, palpable y sensible expuesto por un cuarteto actoral ajustado y talentoso.
Sugar es convocada para que responda y "aconseje" sobre las inquietudes o problemáticas de los lectores, ella llega ahí porque también está pasando un momento difícil y en el transcurso de la obra se dará cuenta de que lo que realmente sirve para ayudar o "consolar" es su propia experiencia o vida.
Hay un apartado interpretado por Tomás Fonzi, brillante, visceral, de una realidad apabullante que es el nexo para que la propuesta tome unicidad y pase a un final que toca profundo y algún pañuelo haya que sacar; ese "pequeño" momento es tan motivo que, de por sí, fundamenta la totalidad de la obra.
La parte actoral es impecable, los artistas seleccionados son, no sólo populares (conocidos por todos) sino muy talentosos. Tomás con en el paso de su carrera ha demostrado una versatilidad extraordinaria, aquí tiene momentos divertidos, pero cuando hay que ponerse emotivo, emociona. Michel Noher sigue dejando todo su talento en escena y su plasticidad interpretativa junto a su gestualidad hacen del texto una actuación muy creíble. Sabrina Garciarena y Malena Sánchez, sacan también toda su versatilidad de todos los medios transitados: televisivos, cinematográficos y teatrales para dejarlos en una magnífica comunión aquí, reitero el equipo actoral es muy atractivo y logrado.
"Pequeños grandes momentos" es una de esas obras que retratan las problemáticas del ser humano de todos los tiempos, quizás ajustado más a la actualidad y a las diferentes formas de relacionarnos, que recomiendo observar, escuchar y emocionarse con detenimiento.
GUSTAVO SCUDERI