"Relatividad" -MI CRITICA-
- Gustavo Scuderi
- hace 15 minutos
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Realmente, el Picadero es un teatro que alberga propuestas que contienen el balance justo entre un teatro comercial y de autor; reúne dramaturgos, directores y actores de una calidad remarcable y por eso siempre es un placer acudir a él.
Hoy, nuevamente, un texto del americano Mark St. Germain (La última sesión de Freud) se presenta aquí, luego de unas exitosas temporadas y meritorias críticas de la prensa y el público con aquella, nos trae "Relatividad".
La característica que presenta este dramaturgo que nos asegura un resultado positivo, es también su faceta de autor y escritor de cine, sus propuestas son muy atractivas de seguir y de cierta manera en su estructura tiene la continuidad y diagramación de una película, pero con las "reglas" del teatro.
Dirigida por el experimentado director y docente, Carlos Rivas (La duda, La prueba) que retoma el oficio, "Relatividad", encuentra no solo en su historia el atractivo, sino que también lo hace atreves de sus excelentes intérpretes. ¿Qué decir del Luis Machín? Otro personaje a su medida, lo borda de sutilezas como lo hiciera también en la otra propuesta como Freud; aquí como Albert Einstein, logrando toda la caracterización de semejante figura histórica, pero sin perder su propia esencia. La queridísima actriz, a quien es un placer ver en escena y atrae por sí sola a verla, Gabriela Toscano, como una periodista, al comienzo amorosa y comprensiva para develar un secreto que lo cambia todo al final de la presentación. A la calidad y cualidad artísticas de estos "monstruos" se incorpora un nombre que, me alegra muchísimo este en un teatro comercial y le de mayor exposición pues tiene una gran trayectoria y oficio, Catherine Biquard, como la algo autoritaria asistente del físico.
"Relatividad" es una propuesta que funciona por tener una dirección experta y precisa, por una historia con gancho que se sigue con mucho interés y por poseer en su trio actoral, artistas de gran trayectoria, mucho talento y sobre todo, muy queridos.
GUSTAVO SCUDERI
