El teatro independiente que, casi siempre está hecho a todo pulmón y con mucho amor hacia el proyecto, nos propone un lugar, un tiempo para que nos cobijemos con sus historias; que en este caso y rememorando una gran película argentina podríamos calificar de "mínima", pero no por su magnitud sino por su simplicidad, lo humano de está.
"Solcito de otoño" es, justamente, un ejemplo de esta característica que uno agradece y que cuando uno termina de verla por un poco más de una hora, nos da ganas de atesorarla, incluida la exquisita interpretación de su protagonista, Ana Padilla.
La puesta en el teatro "Patio de actores" está muy lograda, inclusive con la utilización de un elemento de utilería que, sutilmente aparece en acción y desaparece cuando esta termina y que, si bien se trata de un unipersonal, juega un papel de impacto en la pieza. El trabajo de su diseño, que incluye una cálida iluminación y musicalización me gustó mucho: Alejandro Mateo, Fernando Nazar y Lucas Orchessi respectivamente potencian la historia que se beneficia con estos detalles.
La dramaturgia de Sebastián Bayot posee el poder de mantener expectante al espectador retratando el estado y lo que siente nuestra protagonista, que salió de su casa en una tarde de otoño para encontrarse con una realidad conmovedora y que a su vez le da la oportunidad para retratar diversos temas de una implicancia inherente al ser humano y su sociabilidad. La narración nos va llevando por su pasado y por su necesidad de catarsis, donde varios de sus pasajes rompen la cuarta pared, muy ingeniosamente, logrando el asentimiento del público.
La actuación de Ana va in crescendo, la dibuja y expande en su relatar, cambia de tonos, no solo vocales, sino que llena su interpretación de matices, un hermoso trabajo, uno más a los que nos tiene acostumbrados.
La dirección de Gonzalo Castagnino es muy sensible, justamente resaltando esos detalles que hacen de "Solcito de otoño", una propuesta para abrazar desde la contemplación y disfrutar de los elementos nobles del buen teatro.
GUSTAVO SCUDERI