Cuando uno transita una profesión por muchos años, es realmente supremo cuando se puede conjugar con el placer, es decir, dejar por unos instantes el crítico para transformarse en un espectador, esta situación les digo, es maravillosa. En esta transición aparecen artistas que nos marcan, nos emocionan, nos intrigan, nos enojan, nos alegran; Diego Sebastian Oria es uno de ellos, a quien tuve el placer de seguirlo por toda su carrera, de más de 10 años.
Hoy me tocó presenciar su ambiciosa ultima pieza, en un contexto inimaginado, e inclusive de ciencia ficción, “Vacío”. Que justamente se puede encuadrar en estos complejos, tristes momentos de la pandemia, es decir que Diego posee en su imaginario un sentido de la oportunidad bendita. Pues a creado una obra novedosa, inquieta y con un mensaje que seguro no nos dejará indiferentes.
Las obras de este joven artista siempre transitan una oscuridad iluminada, es decir no son para nada penosas o pesimistas, sino que nos enfrenta a temáticas conflictivas, esto queda reflejado en sus piezas como “La parka”, “Cepo”, etc.
Sus proyectos a lo largo de 15 años contaron con la co-creación, colaboración de otro grande Jorge Soldera, quien le pone música a estas historias de fantasías y sueños, de cierta manera de divague temporal.
En este 2020 es una super producción, ya que este proyecto en forma escalonada se irá estrenando en diferentes países, donde Diego a través de la tecnología los guiará, tomando a conocidos presenciales en cada país para que lideren el grupo. Primero en estos lares, para luego pasar por Perú, Uruguay y México, gran iniciativa y por ello, felicitaciones.
Año 2050, luego de una quinta pandemia, el aire se volvió un bien muy valorado, por ello un equipo viaja al espacio con la misión de hallar una criatura, posibilidad, que salve a la humanidad. A través de este viaje conoceremos la historia de estos cuatro personajes, muy bien escritos por los autores, que apenas con unas viñetas, canciones, nos cuentan su historia, gran poder de sintaxis.
Para no quedarnos atrás, convocaron a Juan José Marco (que viene de trabajar con Antonio Banderas en la última versión española de Chorus Line) para la creación de unas coreografías muy gestuales y plásticas, que los cuatro actores transitan con una naturalidad inusitada.
Emiliano Giannotti, Virginia Peroni, Maribel Khazhal y Gustavo Viñes, forman un grupo impecable, apoyándose mutuamente, logrando una simbiosis en el escenario impecable. Lindas voces y naturales movimientos, sus caras son una delicia, cada gesto acompaña la acción.
“Vacío” se estrena en una época donde pocos pueden logran la conexión presencial con su público, por ello festejo que sea de la mano de Diego. Aquí nuevamente van a encontrar, musicalidad en las canciones, melodías pegadizas, textos elaborados, con profundidad y conexión con la actualidad, sumado también a unas actuaciones destacadas.
GUSTAVO SCUDERI
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