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Petit hotel Chernobyl -MI CRITICA-

La cultura teatral de nuestro país es tan rica, que su variedad en cuanto a productos y formatos parecería inagotable. Desde propuestas pequeñas de autor, hasta grandes producciones comerciales de gran convocatoria, festejo la diversidad que nos ofrece y también agradezco poder toparme con historias que movilizan desde su simpleza.

"Petit hotel Chernobyl" engloba muchas de esas características, sin tambalearse hacía ninguna de sus puntas y uno presencia la puesta de Nicolás Manasseri tan cómodo, que se olvida de lo onírico o irreal que puede sonar todo.

Debo marcar que unos de los puntos fundamentales del resultado de la obra es el cuarteto protagonista, donde las actrices con personajes disimiles la rompen logrando una comunión muy interesante inclusive con modalidades y herramientas actorales muy distintas.

Laura Manzini, reconocida por su faceta musical aquí, en un teatro de texto, juega en escena con un oficio impecable. Alejandra Oteiza está realmente desopilante, en sí su personaje es muy funcional al público, sus caras y gestualidades corporales son exquisitas; lo mismo me sucedió con Martina Zapico (quien se acercó inicialmente a la propuesta) su actuación es concentrada y se la nota estudiada a la perfección. Fernanda Provenzano es quien tiene el peso de abrir y cerrar, literalmente la historia, su actuación es interna y en su mirada refleja la visión precisa del texto.

La pieza de Andrés Binetti es de una dramaturgia que oscila entre lo desopilante y lo profundo, notándose un escribir muy dinámico.

"Petit hotel Chernobyl" es de esas obras en las que, el boca en boca, ayuda a que la conozcan; por supuesto la recomiendo y les imploro que no se detengan en un espacio teatral único, déjense llevar por estas criaturas que saben entretenernos.


GUSTAVO SCUDERI




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