Críticas atrás mencioné la necesidad cómo espectador del teatro independiente y de la libertad creativa en sus propuestas, justamente "Aguja" representa exactamente esto. En su tercera temporada vuelve a presentarse en la Av. Corrientes, situación que se festeja porque en la variedad, se encuentran puestas diferentes.
Bajo la dramaturgia y dirección de Matías A Santos encontramos una narración compleja, que le evita cualquier comodidad a un espectador pasivo, pues asume la difícil tarea de plasmar en escena lo que sucede en la cabeza del protagonista, en diversos momentos y situaciones. En ningún momento sabemos si lo que vemos es real u onírico, si el protagonista es de este tiempo presente, pasado o ¿por qué no futuro?; justamente en esa búsqueda en nuestro razonamiento transitamos la pieza, en esa bienvenida incomodidad, es recomendable que no se busque una explicación sino que se preste especial atención al detalle de los elementos escénicos y a la mutación de los personajes.
Matías, con una vasta trayectoria en diversos rubros teatrales debajo y arriba del escenario, se abandona a su propia abstracción, la que transita el personaje, que es una eminencia de la física que se obsesiona con su proyecto, que con ayuda profesional intenta escapar de sus sombras para destapar un conflicto personal aún más importante.
Las actuaciones del elenco son muy meritorias, una gran labor por el espesor y la cantidad de letra del texto, también teniendo que contar con la soltura o plasticidad escénica de los diferentes cuadros que se van desarrollando; inclusive en momentos su desarticulación corporal es necesaria y genera, en mi gusto, unas imágenes muy atrayentes. Mariano Botindari, Gero Gutierrez, Lola Núñez y Mili Senders personifican con convicción al texto y teje dramatúrgico de Matías.
"Aguja" es una obra diferente, con una idea profunda, compleja y novedosa por su temática.
GUSTAVO SCUDERI
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