"La bobe" brinda ese espectáculo que, tanto su creador cómo su público, buscan. Diego Licht supo escribir, dirigir y actuar en un puñado de propuestas de temática, raíces e idiosincrasia del colectivo judío; logrando evocar con cierta nostalgia, situaciones y costumbres de esta comunidad. Lo interesante de esta propuesta es que no deja afuera al resto de los espectadores, al contrario, los invita a adentrarse en la vida de sus personajes de una forma cálida y divertida.
Respecto al tema principal no hay que adivinar mucho, ya su título lo indica; pediremos permiso para entrar en los recuerdos de esta abuela y su nieto que, a modo de despedida, dialoga en su imaginario con ella, nosotros la veremos dialogar con él y también nos enteraremos junto a su nieto de algunos secretos.
La grandeza de la propuesta la encontramos en la enorme actriz que es Irene Almus, de una gran trayectoria en la televisión, cine y el teatro; su personaje es querible apenas aparece y es realmente un mimo verla actuar, logrando una personificación impecable de esta bubele con todas las características esperadas, inclusive en la musicalización de la puesta, que acompaña muy amenamente el pianista, Esteban Rozenszain .
Diego comodísimo en la obra, pues también la escribió, esta vez dirigidos por Gabi Goldberg, se lo siente suelto cantando e interactuando, si se pudiese decir físicamente, con Irene, hermoso dúo protagónico.
"La bobe" tiene su interés al no ser ambiciosa, sino nostálgica, al acercarse a las memorias y vivencias de muchos espectadores, reflejo de ello es la sala llena que me tocó presenciar.
GUSTAVO SCUDERI
