La obra de teatro "El juego" propone una "experiencia" totalmente diferente a lo que hoy encontramos en la cartelera y, me animo a decir que, no recuerdo un visionado de estas características; desde ya esto es fundamental a la hora de decidir transitarla y en mi caso lo considero un aspecto sumamente positivo. Podría decir que es un teatro no convencional, pero no deja de ser una pieza teatral con connotaciones de terror, hoy tan de moda en el cine, Francisco Ruiz Barlett logra con su idea y dramaturgia, algo diferente.
Un grupo de primos cuya familia está relacionada con la actividad esotéricas, se juntan para resolver la desaparición de Tomás, que fue catalogada como secuestro, pero ellos están seguros de que no se trata de eso y organizan una vez más, una sesión de espiritismo para hallar una respuesta de esa extraña ausencia, recurriendo al único que les podría dar una respuesta, que es justamente, "El juego". Por ello se juntan para invocar, por medio del juego de la copa, al más allá para que les brinde respuestas ante tal situación.
Luego de ser un suceso en el under, pasando por el circuito comercial, vuelve a su origen, mi querido teatro El método Kairós; con localidades agotadas y un público bastante disímil en mi función, lo cual me alegra y me da la señal de que se debería hurgar en este género.
En esta ocasión la puesta, dirección, quedó en manos de dos jóvenes artistas, que inclusive participan y nos introducen en la historia al entrar a la sala, ya empezando a generar un clima, que irá creciendo: Lisa Ortiz y Federico Pezet. Con luces tenues, velas, imágenes religiosas, una mesa redonda y sillas al rededor, nos encontramos al ingresar de forma silenciosa a la espera de la sesión. Todo lo esperado de una película de terror, sucederá en el teatro, golpes de efectos en el sonido, en la luz, que están muy bien logrados, generando algún grito en la platea.
"El juego" arranca nuevamente en nuevo día, los viernes a las 22.30 hs, horario ideal para la misma, sorprendiendo con un teatro diferente, que desafía a que rompamos esquemas y nos animemos a pasar un momento incomodo, situación que valoro muchísimo, al igual que la escritura de Fran que es muy interesante.
GUSTAVO SCUDERI