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Foto del escritorGustavo Scuderi

"El mecanismo de Alaska" -MI CRITICA-

Los Pipis teatro es una dupla creativa integrada por Federico Lehmann y Matías Milanese, estos jóvenes son muy talentosos y de su inventiva nacen propuestas únicas, distintas y que de cierta manera representan una voz nueva o teatro moderno.

Si bien "El mecanismo de Alaska" está dirigida por ambos, cada uno de sus textos son de Federico, quién no siempre actúa, aquí es necesaria su participación y la verdad es que se amalgama a la perfección con Matías; siendo la obra un biodrama en la que, de una forma muy original relatan su propia historia, eso vuelve al espectáculo muy cálido, de cierta manera tierno, sin dejar de ser crítico en un montón de aspectos. No quiero sacar el efecto sorpresa, pero en un momento recrearan una serie de acontecimientos sociales que son una delicia, no sólo por su profundidad, sino también por su sintaxis, aquí nuevamente participa una colaboradora asidua de ellos, Camila Marino Alfonsín.

Me fue muy grato verlos compartir escena, reitero una cierta amorosidad o ternura se desprenden de la obra, a Federico era la primera vez que lo veía y realiza una interpretación interna, sus textos los transita desde adentro, su mirada (posibilidad de quién ve de cerca) es magnética. Matías en su verborragia habitual se compra el escenario, su plasticidad, su fuerza interpretativa lo hacen característico. Camila es una actriz que en mi opinión debería estar más presente en escena, dúctil, funcional a cualquier propuesta, es una joven promesa, completísima su preparación, no sólo actúa muy bien, sino que canta y baila también.

La historia trata sobre como dos muchachos se conocen en la universidad y todo el universo de ese contexto de las ciencias de artes los va llevando a compartir el mismo camino, de forma muy oportuna y funcional también contarán en una parte de la obra su pasado y lo que significó transitar su homosexualidad en épocas y lugares que aún no eran tan "amigables".

"El mecanismo de Alaska" trae nuevamente toda la marca, entrega y energía de este dúo creativo, que siempre desafían con sus textos o ideas para nada planas y es en esta ocasión, un disfrute ver cómo también la obra muta, según el público que asista, en esa naturalidad la propuesta crece.


GUSTAVO SCUDERI




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