Uno se da cuenta de que una pieza es muy buena, cuando la ve en varias ocasiones y sigue descubriendo detalles e hipnotizándose con la misma. Juana la loca de Pepe Cibrián Campoy es un claro ejemplo de ello; con un texto profundo, detallado y que en sólo una hora nos acerca a la historia de esta mujer que sin dudas es muy interesante.
Me animaré al decir, que es una de las mejores narraciones que creó este artista tan talentoso y de gran vuelo. Para darle vida era necesario que lo aborde un espÃritu sensible y un ojo detallista que pueda trasladar esa exquisita dramaturgia a un escenario (más aun teniendo presente que es una pieza para un único actor) y Ana Padilla, realizó una labor sumamente evocadora y lograda.
Cuando uno se mete realmente en la historia, traslada el decir en imágenes y eso es un resultado muy buscado de ambos lados, tanto como espectador cómo creador, pero que en pocas ocasiones se logra, gran tarea de Ana y de su excluyente protagonista MarÃa Seghini.
MarÃa da cátedra de actuación, su performance es visceral, su Juana sale de todo su cuerpo y no sólo de un texto, uno queda exhausto al verla transitar el escenario, hace rato no presenciaba una comunión tan fuerte entre actor y personaje.
Un gran trabajo de iluminación que con pocos elementos en escena resalta un texto fuerte y complejo, Daniel Gismondi realizó una labor maravillosa.
Juana La loca es un imprescindible de la cartelera y serÃa una lástima que no la vieras, seguramente está destinada a una larga vida en escena.
GUSTAVO SCUDERI
