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"La ternura" -MI CRITICA-

"La ternura" desembarcó en el barrio de Mataderos, y su propio título describe la sensación final de la pieza del español Alfredo Sanzol. De gran repercusión y éxito, repitiendo temporada en Madrid, el director Argentino Eduardo Gondell la sube a escena con un resultado más que satisfactorio.

La dramaturgia o bien narración de Alfredo conecta al espectador con un teatro clásico, jugando con el isabelino William Shakespeare; esta pieza justamente es producto de un trabajo sobre ese universo, preparándose y estudiando su estilo, su atmósfera y realmente lo logra. Lo hace a través de la comedia y el significado del amor, su "ternura", las batallas que hay que atravesar para lograrlo, mantenerlo y, sobre todo, la contención que implica.

La reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre condicionaron su actuar, acallaron su voz; pero encuentra la oportunidad de abandonar ese mundo, para evitar que sus hijas tengan el mismo destino. Para ello desembarca en una isla remota para disfrutar de la soledad, pero al llegar, descubren que la misma está habitada por otros tres hombres quienes a su vez huyen de las mujeres. Pues, una vez puesto en marcha el mecanismo, está todo listo para que se desarrolle una comedia de enredos, espadachines y romances cruzados, jugando con lo que tan bien lo hacía Shakespeare, los roles "disfrazados" o cruzados.

El elenco elegido es precioso, en él hay algo llamativo y de gran interés, el reencuentro de una pareja protagónica de novela, los inmensos Cristina Alberó (de quien celebramos el regreso) y Antonio Grimau. Es justamente una delicia verlos jugar con un aplomo y profesionalidad característicos en ellos. Pero no están solos, las alegrías siguen, Anita Martínez en un papel ideal para ella, logrando los aplausos espontáneos del público, está estupenda. Hace mucho no se veía a Marcelo Mazzarello, quien junto a Anita logra una dupla que la rompe en escena, siendo él un actor muy versátil e interesante de ver. Otra perla es la pareja de jóvenes a quienes tuve el placer de ver por primera vez y están fantásticos y les deparo un gran futuro: Valentina Podio y Juan Cottet (anoten esos nombres).

Ojalá que la propuesta perdure en el tiempo porque reúne factores muchas veces olvidados, lo clásico, la frescura y, sobre todo, el entretenimiento en estado puro.


GUSTAVO SCUDERI




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