"Mientras se vuelan los campos" se presenta en una segunda temporada con una excelente aceptación, no sólo de los críticos sino también de los espectadores. La pieza de Raquel Albéniz reúne conceptos y formas no muy frecuentemente utilizados, por ello, resulta tan atractiva su visión; en formato de absurdo campero, como lo indica su afiche, dibuja varias temáticas desde el humor y la nostalgia: la soledad, la persistencia a pesar de un panorama desolador, las relaciones y porque no el abandono.
Un matrimonio que habita una granja que ya no funciona como tal, debido a que la tierra yerma ya no produce y donde no cuentan con animales para cuidar o criar, recibe la visita de un alejado vecino con una compañera que será el núcleo de la narración, una gallina. Afuera la sequía, el viento y el polvo (resuelto por los propios actores de una manera impecable y astuta), mientras puertas adentro se está cocinando el futuro, la aceptación de cada uno de ellos.
Si bien se toma la obra desde el humor o el absurdo, en ella se describe muy bien un presente particular, justamente ese que comenté que no era muy abordado, el rural. Las directoras (codirigen, la propia dramaturga Raquel Albeniz y Paula Etchebehere) aportan su visión de este universo, muchas veces abordado por los hombres y en el personaje femenino encontramos mucho de ellas y ciertamente bastante sobre la situación actual de la mujer.
El elenco es muy solvente, nombres con experiencia en la actuación que da gusto ver en escenarios no masivos: Coni Marino, Claudio Pazos y David Masajnik están impecables y con una química perfecta.
"Mientras se vuelan los campos" es una propuesta interesante, para nada ambiciosa y aparentemente simple que, desde una narración limpia y muy bien escrita, nos propone un universo a explorar muy bienvenido.
GUSTAVO SCUDERI
La sequía se ha apoderado del futuro de las siembras y de cualquier forma de vida animal. El viento y el polvo lo arrasan todo. Hubo un tiempo con caballos, con sembrados, con ovejas, con gallineros ruidosos. Hoy no queda nada. La tierra se vuela cansada del maltrato. Elena Y Silvio viven los últimos tiempos en su chacra. La aparición de Aira con una gallina, la última, modifica y altera sus destinos. Y desde lo más pequeño se vuelve a la pelea grande. Todavía hay algo que cuidar, hay algo que salvar para todos aquellos que se resisten a migrar y perder sus lugares. Desde el absurdo y con humor la obra encuentra una manera propia de contar ésta tragedia.
Con Coni Marino, David Masajnik y Claudio Pazos
Puesta en escena y dirección: Raquel Albéniz / Paula Etchebehere
Diseño de luces: Leandra Rodríguez
Diseño y realización de escenografía: Nacho Riveros
Vestuario: Jennifer Sankovic
Realización Gallina: Cristian Cabrera
Efecto tierra: Ana Hirsch
Asistencia de dirección: Facundo Darío Altonaga
Fotos en redes sociales: Evann Violeta
Redes sociales: Florencia Bracco
Diseño gráfico: María Forni
Comunicación + Media: Duche&Zárate
Producción ejecutiva: Florencia San Martín
Auspiciantes: Diseño Bar y e-ABC Learning
Funciones. Sábados a las 22:30 horas
Localidades: $ 400.- En venta por alternativateatral.com
Duración: 60 minutos
Centro Cultural de la Cooperación – Av. Corrientes 1543 – CABA / 5077-8000