Luciano Cáceres no necesita presentación alguna, es un actor muy dúctil y uno de los más importantes de su generación; ha sabido lucirse en todos sus trabajos, que han tenido una amplitud impecable tanto en televisión, cine y teatro. Posee esa característica que también traspasa todo medio y que aún lo hace más atractivo, la humildad, dentro de esta cualidad es que nos da el lujo de poderlo ver en el teatro del off, pequeñas salas que acercan al público piezas sumamente artesanales y verdaderas joyas; que este tipo de espacio proponga obras de estas características no es novedad, pero sí que se acerquen a él artistas de la talla de Luciano.
"Muerde" es la última creación de otro dotado, Francisco Lumerman, quién la escribe y dirige, logrando una historia que transporta y rompe el formato teatral, ya que gracias a la comunión con su actor es casi fílmica. Los acontecimientos son palpables y el espectador no sólo se queda en lo que ve, sino que, lo más interesante sucede en el imaginario de su cabeza. Es una de esas historias que tanto caracterizan al teatro nacional, íntima, campestre, que muta en diferentes géneros el drama con algunos destellos de momentos cómicos que atraen una tragedia, bordeando el thriller, haciendo que la visión sea de un interés constante.
René es un personaje limítrofe, de una cierta discapacidad acrecentada por el desamor y desinterés de su entorno, volviéndose en un ser excluido que en solitario se transformará en la bestia que tanto se empecinan en crear los demás y ante esa angustia de querer pertenecer o ser, Muerde.
La logradísima escenografía de Agustín Garbellotto nos permite trasladarnos a ese espacio claustrofóbico y segregado que el protagonista habita.
"Muerde" estará por pocas funciones en el Moscú teatro y sus localidades vuelan, clara y realmente se suma a esas gemas que suelen aparecer muy de vez en cuando.
GUSTAVO SCUDERI
Comentarios