De la cabeza de Mariela Asensio y José María Muscari puede surgir una idea, historia, pieza inimaginables. Pues ambos con sus propias características son pioneros y no titubean a la hora de escribir y dirigir. Mariela es dueña de una escritura mordaz, ácida y directa sin preámbulos; José es más estético en su crear, él cuida cada detalle y sin lugar a duda la musicalidad es un punto fuerte y pensado por él. "Perdida mente" es el resultado de esa unión dramatúrgica y dirigida por José con ese aire chic habitual de sus propuestas, es un rasgo presente en sus obras que lo hace único y uno las distingue ya al ingresar a la sala.
En esta ocasión encarando una temática difícil, cómo es una enfermedad mental, la propuesta podría dispararse hacía dos puntos extremos: el drama o la sátira. José logra plasmarlo en la pieza conscientemente, cuando la protagonista realiza una especie de monólogos y luego disparatadamente en la acción y en especial en dos personajes León (en esta oportunidad tuve el placer de ver a José, ya que el papel del abogado, lo interpreta Patricia Sosa) y el de Karina K, la hermana de la jueza, quien atraviesa el comienzo de su pérdida de memoria.
El elenco elegido por José, que es muy bueno también para esta actividad, es muy interesante e impensado de unir, en el devenir de sus obras fue creando grupos maravillosos y a la vez compuestos por personalidades disimiles.
Lidera el grupo, más que nada porque la historia gira alrededor de su personaje, Leonor Benedetto, quien realiza una labor de altura; es una artista de larga trayectoria y es un placer verla jugar, de cierta manera, con un tipo de texto que no visitó muchas veces. Ana María Picchio, otra excelente actriz, que como Leonor transita los diferentes medios (Televisión, cine) de una manera holgada, siendo una artista muy querida por el público y que también engalana la puesta. Julieta Ortega se suma al equipo, no recuerdo verla en el teatro y se la nota suelta, fluida con el texto y la interpretación, grata sorpresa verla arriba del escenario. Otra mayúscula actriz, la inmensa Karina K, una intervención que sabemos hará con gracia, profesionalidad y carisma, una de las mejores de su generación y ¡¡eso que en esta obra no canta!! Fue un condimento extra ver a un José desatado, con un personaje a su medida, verborrágico, ágil, poniéndole su impronta y como se usa en la jerga, haciendo un torazo.
Toda la puesta es intachable, desde la música, la escenografía y el vestuario, “Perdida mente” se toma en serio el tema del alzhéimer, pero le quita la solemnidad de lo que acarrea y es una decisión muy valiente por parte de sus creadores, donde un grupo de actrices extraordinarias se divierten, al igual que el público.
GUSTAVO SCUDERI
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