En su segunda temporada vuelve una historia para admirar y escuchar con atención, ya que la información que se desprende de la poética de la dramaturga Florencia Aroldi es muy interesante y rica, en este caso enfocada en una personalidad que contribuyó a la construcción de nuestro país. Raúl Scalabrini Ortiz, agrimensor, pensador, historiador, filósofo, periodista, escritor, poeta y ensayista; sus palabras eran muy tenidas en cuenta y sus consejos también, tanto por la sociedad como por los políticos de turno que lo escuchaban, aunque muchas veces fue víctima de su propia opinión o posición. Un hombre muy inteligente, como se lo describe en las primeras líneas, sus orientaciones y vocaciones alcanzaron en su cabeza una gran proyección y fue el dínamo de varios movimientos sociales y políticos.
La pieza se centra en sus últimos días, más que en su prolífica vida, en las consecuencias de sus actos y posturas enfrentados a los vaivenes de la política nacional (destino compartido por tantísimas otras personalidades de nuestro país). Lo que se narra en escena se potencia gracias a las actuaciones de dos inmensos actores, que transitan y viven estos personajes: Alejandra Darín como su compañera, mujer y madre de sus cinco hijos, que luchó y lo acompañó hasta último momento, Mercedes Comaleras y Pablo Razuk como Raúl, con un aplomo y ductilidad en escena que solo un buen actor lo tiene; considerando la trayectoria de ambos, se trata de una obra con alta calidad de actuación, tanto Alejandra como Pablo son actores de teatro experimentados y de una impronta ideal para el escenario y este tipo de obras. Aquí cuentan con la experiencia de una temporada anterior, por lo tanto, el texto lo conocen y fluyen en una forma dinámica y poética, que entiendo es lo que la escritora y su director, Sebastián Berenguer intentan mostrarnos, de ser así, lo lograron.
Me resulta sorprendente que ninguno de los dos, ni la dramaturga ni su director, ambos jóvenes, no tengan en su historial muchas piezas biográficas, en especial de iconos de la política nacional; por eso este trabajo, entiendo ha sido minucioso y de una gran investigación, amén de que la pieza esboza la historia de esta personalidad y solo se posiciona en el final de su vida, en especial cuando en 1974 desalojan a Mercedes de la casa que compartió y donde murió Scalabrini, disparador para transitar la obra.
“Scalabrini Ortiz” es una pieza necesaria, que retrata una personalidad muy influyente en nuestra historia, desde una mirada emotiva, bien construida, dirigida e interpretada por dos soberbios actores.
GUSTAVO SCUDERI
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