Hay historias que uno podría escuchar un sin fin de veces, cómo esas anécdotas que no dejamos de contar una y otra vez. Lo mismo sucede con una película, una canción o cómo este caso, una obra. Hace muchos años presencié en el Maipo Kabaret una obra de la que se venía hablando despacito desde el off de Broadway: "Tick, Tick... Boom", con letra y música de Jonathan Larson y justamente fue eso lo que provocó en mí, un ¡Boom! La misma está basada libremente en las propias vivencias de su autor, en la década de los 90' donde todo el mundo estaba a flor de piel; con una enfermedad incipiente, con la discriminación en un punto alto, con los restos de una guerra amarga, Jonathan trataba de crear, de volar con su imaginación y tener éxito en eso que ama. La paradoja de su historia fue, que no logró ver al fin su gran éxito, "Rent" pues había fallecido para su estreno.
La puesta 2022 sigue teniendo ese interés que me provocó años atrás, inclusive con una película en el medio, sigo conmoviéndome con sus letras, con su nostalgia, me toca muchísimo.
Al experto director, Ariel Del Mastro, le propusieron la idea y fue cuestión de segundos para tomarla, adaptándola Marcelo Caballero, Juan Pablo Shapira y Lucien Gilabert, pero de su trabajo hablaremos más adelante. La puesta que eligieron Ariel y Marcelo es muy dúctil y logra dar ese toque íntimo, en un escenario amplio y abierto cómo lo es la sala del Complejo La Plaza.
"Tick, Tick... Boom" es de esas propuestas, que desde donde te acerques te toca, tiene esa generosidad dramatúrgica, que cualquier espectador la seguirá con atención, por suerte el tiempo ha pasado y ciertas cosas cambiaron, pero el amor a los ideales, a los sueños es un tema universal e inmortal, como uno de sus temas es "Real". También es un reflejo de cómo nos relacionamos individualmente con nuestro entorno, nuestros seres queridos y a la vez con la sociedad, jugueteando con el tema y los parabienes del teatro, de su creación, lo que es comercial u off.
Parte del óptimo resultado de esta obra es justamente poder adaptar las canciones, el texto a un idioma nacional, transportar el mundo de Jon acercándolo al nuestro; por ello el trabajo que realizaron Marcelo, Juan Pablo y Lucien es tan bueno, apoyado por la dirección y arreglos musicales de Giuliana Sosa y arreglos vocales de Eugenia Gil Rodriguez. Con una banda muy joven que, en cierto momento, incluso participa activamente de la obra en una escena sumamente divertida; la misma está compuesta por Juan Pablo Sosa (Bateria), Fernando Oviedo (Bajo), Pedro Sosa (Teclados), Leandro Biera (Guitarra) y en Piano la propia directora musical.
Como mencionara aquí, la obra transita también por el lado del humor, aunque en algunos momentos la fuerza y la emotividad de las palabras hacen que el espectador ría, pero entiendo, por el motivo incorrecto, cada uno atraviesa la misma de diferentes maneras. Me gustó muchísimo el hecho de que se acudiera a nombres que no repiten obra tras obra, una oportunidad para que estos jóvenes al igual que Jon se luzcan, ¡felicitaciones!
El broche de oro son los protagonistas, sublimes, correctamente elegidos, Jon no es un personaje fácil, debe demostrar una cierta ansiedad que no siempre es externa, Federico Couts lo desnuda, lo fragmenta y trasmuta, desde una postura gestual y vocal impecables. Una revelación para mí fue Lucien, quien no dejo de conmoverme en cada dialogo, su emoción a flor de piel me hizo olvidarme del tiempo y acompañarla, dueña de una fuerza y color de voz impactante, provocando el aplauso espontaneo de la platea. Ese amigo incondicional, humilde de emoción, que quiere a Jon desinteresadamente, hasta que lo necesita y ... eso lo van a tener que transitar cada uno de ustedes; ese solo que hace el gran Pedro Velázquez, es apabullante y luce al artista formado y con experiencia que es Pedro. Ellos se ensamblan a la perfección, con una química hermosa, otro acierto de esta puesta.
"Tick, Tick... Boom" es un indispensable de la cartelera, un musical bellísimo, emotivo, fuerte, que aun hoy, me deja con ganas de más, que me susurra y grita a la vez, hermosamente interpretado. No se la pierdan, aunque ya hayan visto la versión fílmica del año pasado, nosotros también sabemos concretar sueños y aquí está el resultado.
GUSTAVO SCUDERI