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"Tom, Dick & Harry" -MI CRITICA-

Unas de las obras más esperadas y que marca una diferencia, ya que la temporada de verano en Buenos Aires viene con mucha reposición (de obras excelentes) es, sin lugar a duda, "Tom, Dick & Harry". A esta característica hay que agregarle unos factores muy interesantes, el regreso a las tablas y al contacto directo con el público de Mariano Martínez (si bien en las redes es furor) y el debut como director de Nicolás Cabré, derribando cualquier rumor de rivalidad de ambos.

La obra elegida de Ray y Michael Cooney fue suceso en todas las plazas donde se ha presentado y hace tiempo se viene representando con la misma vigencia, eso implica que su texto o dramaturgia es buena y ya sabemos que hacer comedia es sumamente difícil. La misma representa el tipo de comedia de enredos, de equívocos, donde se van mezclando la trama principal con las subtramas de forma cada vez más disparatada, también denominada de abrir y cerrar puertas.

Ahora bien, para cumplir con esta tipología teatral, se requiere una precisión casi cronométrica ya que cualquier digresión en el timing resulta evidente y atenta contra la comicidad de la puesta, pero aquí se cumple a la perfección y para ello hay un elenco a disposición de la obra, de su director y principalmente de su público. Los comediantes Bicho Gómez y Yayo Guridi apenas salen son ovacionados por el público y realmente están muy bien, logrando junto a Mariano una química muy efectiva. Engalana la puesta con gran humildad artística, ya que su papel no aparece en escena rápidamente sino ya avanzada la historia, María Valenzuela. Gabriela Sari, Mercedes Oviedo, Jorge Noya y Rodrigo Raffetto completan un elenco que funciona muy bien en el engranaje de este tipo de obra.

Auguro que "Tom, Dick y Harry" va a ser unas de las piezas del verano, con unas primeras funciones a pleno, pues tiene todos los elementos que el público busca: un actor popular al que se lo nota suelto y divertido ratificando su estelaridad, un elenco sólido y una historia de enredos entretenida, más no podemos pedir.


GUSTAVO SCUDERI




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