Hay espacios que uno visita asiduamente ya que, en ellos, encuentra una cartelera variada y nutrida de jóvenes artistas que, en muchos casos debutan ahí, me refiero a "El método Kairós". Allí, Antonela Scattolini Rossi, quien cuenta con una experiencia teatral como actriz y asistente de dirección, debuta dirigiendo "Tres (Un bis)", un texto de Pablo Bellocchio.
En esta puesta encuentro un lenguaje joven, desafiante, de palabras desprovistas de vergüenza y es algo que me gusta; mucho creo tiene que ver que, su joven directora, esté muy relacionada con esos modos o situaciones que hoy se dan en las relaciones de pareja. Valoro mucho ese registro, ya que la temática de la obra es abordada muy frecuentemente (y es que el teatro se nutre de ellas) pero en este caso se distingue gracias a ese rasgo.
Entre los intérpretes, hay un nombre atractivo por la trayectoria que está construyendo, sin desprestigiar al resto, que de hecho está muy bien y más de uno de ellos me resultan interesantes seguir. Gastón Cocchiarale, viene transitado tanto el teatro comercial como el alternativo de una forma muy solvente, en éste espacio también probó dirigiendo un texto de Pablo y fue un éxito, "Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste".
Mariana Blanco Vitorero, Lara Crespo y Pedro Risi desarrollan sus personajes en función de un texto que personifican muy bien. Si quizás, al ser una sala pequeña, la intensidad, que siempre pone Gastón en sus proyectos y es una de sus positivas características, rompe el silencio testigo de ser espectador en la puesta.
La escenografía e iluminación son muy dúctiles y funcionales a la obra de Pablo Calmet.
"Tres (Un bis)" habla de segundas oportunidades en cuanto a relacionarse, el dejar de ser uno en pos de evitar la soledad, ya que los protagonistas, a su manera, tratan de encajar, no siempre con buenas herramientas.
GUSTAVO SCUDERI