Que hermoso es cuando en un proyecto se percibe la pasión y se transmite en cada instante, eso es lo que sucede con "Vicent, el loco rojo"; y no sólo lo digo por el profundo conocimiento que aquí se demuestra sobre el mundo del emblemático y reconocido pintor, sino también por el evidente amor que le tienen su protagonista y la dramaturga / directora. Van Gogh es Joaquín Berthold y la escritura y dirección de Flor Berthold, claramente una familia muy allegada al universo del artista.
La pieza está muy lograda, donde Joaquín es el centro absoluto del texto, acompañado por proyecciones muy interesantes que cierran o bien acentúan ese alocado mundo que no solo enmarcan lo exterior sino también el atribulado interior del pintor.
El escribir de Flor es muy acertado, en poco menos de una hora uno se lleva detalles de Vincent, con un gran poder de síntesis nos relata su vida, pero también nos enfrenta a él en la actualidad, mientras trata de comprender (y a uno preguntarse) el motivo por el cuál no pudo disfrutar del éxito y cuáles fueron los motivos que lo transformaron en el futuro en uno de los artistas más valorados no solo económicamente.
La entrega de Joaquín es total, su emoción es genuina y su interpretación un torbellino de emociones; un gran trabajo de este reconocido actor, que nos entrega su interpretación alejada del epicentro comercial y uno lo agradece.
"Vincent, el loco rojo" es una propuesta que ya viene presentándose hace un tiempo, en mi función, la sala del teatro "El grito" estaba llena y entregada a una destacada actuación y a una pieza rica en detalles y emociones.
GUSTAVO SCUDERI