"Donde quieras estar" -MI CRITICA-
- Gustavo Scuderi

- 6 oct
- 2 Min. de lectura
Muchas veces, el teatro es una invitación a un momento de pausa, un remanso para la mente, parar para dejarse llevar por un relato que se encuentra en el límite entre lo cierto y lo poético; "Donde quieras estar" juega justamente con esa difusa línea en el título mismo.
Con un texto de un actor que sabe moverse muy bien en esas aguas de lo onírico, sin sonar presuntuoso, en su rol de dramaturgo también lo logra, Federico Buso. Este cuenta con la colaboración en la escritura del joven director Martín Goldber, quien posee una exquisita, delicada y tierna visión, ya demostrada con la excelente y galardonada "Dora".
En esa unión, la pieza, que navega en cuestiones existenciales cómo el deseo, la espera y las relaciones no se detiene a una narrativa lineal, sino que pone a su función una dinámica poética que, en la simpleza y en la palabra, se hace grande.
Federico tiene en escena una compañera de lujo, una de esas actrices que todo papel lo hace único, desde una prostituta hasta una madre en conflicto, todo lo borda con sutileza y es hermoso verla, Silvina Katz. Tanto ella como Federico son asiduos colaboradores de un tipo de teatro que apoyo muchísimo, el independiente y de un espacio que adoro, el "Espacio Callejón".
La puesta que logra Martín se realza también por un diseño de escenografía e iluminación adecuadísimos para la atmósfera que busca evocar la pieza, de Alicia Leloutre y Sebastián Francia respectivamente.
"Donde quieras estar" es una obra delicada, para dejarse llevar por sus palabras, sin buscar la prisión de lo entendible y apagar la cabeza por menos de una hora y volar junto a sus protagonistas y abrazar la belleza de lo simple.
GUSTAVO SCUDERI






